Los pies son una de las partes del cuerpo que más sufren a diario soportando el peso de nuestra anatomía y resintiéndose con los cambios de temperatura o con el uso de calzado inadecuado. Todo esto les afecta enormemente y para evitar que pierdan su suavidad y buen aspecto, es imprescindible saber cómo mantener los pies hidratados y suaves de la manera más adecuada y eficaz.
Son uno de los grandes olvidados y solo nos acordamos de ellos en verano, así que es hora de prestarles la atención que merecen.
Cómo recuperar la suavidad de los pies
Cuando los pies se vuelven cada vez más secos y presentan durezas en los talones es signo de que algo no está bien. Y es que las durezas pueden ser una primera señal de que necesitan urgentemente un buen tratamiento.
Si dejamos pasar el tiempo, puede que el problema vaya a mayor y empiecen a aparecer grietas que, además de poco estéticas, son dolorosas, y pueden derivar en infecciones e incluso en llagas. Por eso, no hay que dudar en dedicar algo de tiempo a la semana para el mantenimiento de los pies.
El primer paso es utilizar un remedio casero y sencillo para ablandar la piel que facilite posteriormente la tarea de cómo suavizar los talones de los pies.
Para ello basta con llenar un barreño con agua tibia y añadirle un jabón específico para pies, como el jabón para pies de cítricos, que gracias a la acción refrescante del mango y del pomelo rosa, revitaliza los pies para aliviar por completo el cansancio.
Se dejan a remojo los pies en esta solución durante 15 o 20 minutos como máximo, tras lo cual es conveniente secarlos por completo y sin frotar con una toalla de algodón.
Cómo tener unos talones suaves
Aunque ablandar las durezas es un buen primer paso, para deshacernos por completo de ellas conviene seguir una rutina de belleza que incluya su eliminación y la posterior nutrición de los pies. Solo así los pies recuperarán la suavidad que han ido perdiendo.
Un buen tratamiento sobre cómo tener unos talones suaves incluye estos dos productos:
- Un exfoliante, como el exfoliante para pies Lima & Jengibre, cuya combinación vegetal sirve para deshacernos de las capas más duras y ásperas. Además, también contiene aceite de menta con acción calmante para notar la piel totalmente fresca y renovada.
- Una crema reparadora para calmar profunda e instantáneamente la piel, como el reparador de talones Plátano & Menta, con una fórmula enriquecida con aceite de coco y árbol de té, especialmente valorados por su conocida acción calmante.
Efectuando esta rutina periódicamente se logra suavizar progresivamente las durezas de los talones y se evita que puedan volver a aparecer.
Cómo mantener los pies hidratados y suaves por mucho tiempo
Para conseguir que los efectos perduren durante mucho tiempo y que los pies no se resequen después del frío del invierno, la clave está en el mantenimiento. Por eso, aunque tengan buen aspecto y parezcan saludables hay que seguir ocupándose de ellos.
Al igual que lo hacemos con la piel del rostro, los pies también necesitan mimos. Podemos dárselos en forma de mascarilla con la mascarilla para pies Menta & Arándanos, con extracto de arándanos, una fruta rica en antioxidantes y vitaminas muy beneficiosas para el cuidado de la piel.
El combo lo completa la loción de pies Mandarina & Yogur Menta, que, aplicado sobre la planta de los pies una o dos veces por semana ayuda a que los pies se mantengan hidratados y aliviados después de una larga jornada de trabajo. La menta y la mandarina los llenan de vitalidad, y las semillas de uva le aportan los antioxidantes que necesitan para su acondicionamiento.
Aunque en los meses de frío no mostramos los pies habitualmente, puede ser un momento excelente para comenzar a prepararlos de cara al verano y así poder lucirlos totalmente hidratados y sin grietas con sandalias o zapatos destalonados.
Ahora que ya sabemos cómo mantener los pies hidratados y suaves y la importancia de utilizar productos adecuados y específicos para ellos, será mucho más sencillo llevar a cabo una rutina de cuidado con la que obtener los mejores resultados en poco tiempo y, además, que sean duraderos.